De recién nacidos gradualmente fuimos progresando, de llevar a cabo movimientos involuntarios de reflejo, a movimientos coordinados más voluntarios que, con la repetición, se convirtieron en automáticos.  Las investigaciones han demostrado que el cerebelo es la parte del cerebro que juega el papel más importante en este proceso de “automatización” y que cuando no hace bien su trabajo, tenemos dificultades en la creación de patrones que son importantes para, más adelante, aprender y coordinar nuestros movimientos.

El cerebelo (localizado en la parte más baja del cerebro trasero, cerca del bulbo raquídeo) puede compararse con un poderoso procesador de computadora/ordenador, que transfiere enormes cantidades de información a las partes del cerebro encargadas del movimiento, lenguaje, razonamiento, procesamiento sensorial y procesamiento emocional; el cerebelo es tan importante que contiene más células nerviosas que todo el resto del cerebro.

Los programas de iLs estimulan la actividad cerebelar para fortalecer sus conexiones neurológicas y, en el proceso, mejorar nuestra capacidad de automatizar habilidades tales como la lectura, escritura, ortografía, etc.